viernes, 12 de marzo de 2010

Asamblea en la carpintería

La fuerza reside en las diferencias, no en las similitudes. Stephen Covey



Hoy me despido con una bonita fábula empresarial basada en el trabajo en equipo y en la valoración de las diferencias, en ella un conjunto de herramientas celebran una asamblea un poco especial.


En la carpintería se celebró una extraña asamblea. Se reunieron las herramientas para arreglar sus diferencias. El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar. ¿Cuál era el motivo? Hacía demasiado ruido y además se pasaba todo el tiempo golpeando.


El martillo aceptó el veredicto, pero pidió que también fuera expulsado de la asamblea el tornillo. Dijo que había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo.

Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero a su vez, pidió la expulsión de la lija. Hizo ver que era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás.

La lija estuvo de acuerdo, a condición de que fuera expulsado el metro que se pasaba el tiempo midiendo a los demás, según su medida, como si fuera el único perfecto.

El metro estuvo de acuerdo, a condición de que fuera expulsado el serrucho que tenía unas intervenciones siempre cortantes.

Estando así el clima de la asamblea, entró el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo. Utilizó el serrucho, el martillo, la lija, el metro, el tornillo y otros instrumentos. Finalmente, la hosca tabla de madera se convirtió en un bello tablero de ajedrez.

Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó la deliberación. Fue entonces cuando tomó la palabra el pincel y dijo:

“Ha quedado patente que tenemos defectos, pero el trabajo se ha hecho gracias a nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. ¿Por qué resaltar, pues,  nuestros puntos débiles? Resaltemos más bien la utilidad de nuestras fortalezas”.

La asamblea encontró entonces que:

El martillo era fuerte,

El tornillo unía y compactaba,

la lija era especial para afinar y limar asperezas,

el serrucho para dar forma a una tabla cualquiera,

el pincel para dar colorido,

y descubrieron que el metro era preciso y exacto.

Se sintieron entonces un equipo capaz de producir y hacer cosas de calidad, se sintieron orgullosos de sus fortalezas y de poder trabajar juntos. La asamblea había dado un giro importante.

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